jueves, 3 de septiembre de 2009

La espondilitis anquilosante / Grupo espondilitis.eu

Grupo espondilitis.eu
http://www.espondilitis.eu/

Si el reumatólogo sospecha que el paciente padece una espondilitis anquilosante se realizará una radiografía de la columna vertebral y de la pelvis. Los análisis de sangre y orina pueden ayudar a apoyar el diagnóstico por ejemplo, manifestando la presencia en sangre del antígeno HLA-B27, o pueden determinar la intensidad mayor o menor del proceso inflamatorio que sufre el paciente.

La espondilitis anquilosante suele producir brotes sucesivos de dolor lumbar, con o sin síntomas de artritis (en hombros, caderas, rodillas o tobillos) o de inflamación en los puntos de unión de tendones y ligamentos al hueso. Durante las fases en las que la enfermedad remite, el paciente no presenta síntomas de la enfermedad y puede desempeñar las actividades que le exige su vida cotidiana. Sólo aquellos pacientes cuya cadera se vea afectada o desarrollen anquilosis entre las vértebras pueden sufrir pérdidas más o menos graves de la función articular.

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