miércoles, 16 de diciembre de 2015

Desarrollan una prueba de la tuberculina más precisa.

La prueba cutánea de la tuberculina, también denominada método Mantoux, sirve para determinar si una persona podría estar infectada de tuberculosis. Una nueva prueba desarrollada en Dinamarca ha logrado una especificidad superior al método empleado en la actualidad. En el ensayo han participado 13 centros españoles.
 
Resultados más fiables
Los resultados del ensayo en fase III (en el que se verifica la eficacia del medicamento y se buscar detectar problemas de seguridad no detectados previamente) han sido presentados en el XIX Taller Internacional de Tuberculosis, que se celebra estos días en Barcelona. En la actualidad, la tuberculosis se detecta por medio del test cutáneo (método de Mantoux) o por medio del análisis de la liberación de interferón gamma (IGRA, Interferon Gamma Release Assay). El primer método es mucho más sencillo y barato pero no distingue entre enfermos, personas que haya recibido la vacuna o padezcan otro tipo de infección por micobacterias distinta de la tuberculosis, cosa que sí permite hacer el nuevo método diagnóstico C-TB.


Este nuevo método simplificaría los procesos de diagnóstico en países en los que todavía es endémica la tuberculosis y todavía se vacuna contra esta enfermedad. El test tiene una sensibilidad y especificidad similar al IGRA y también puede emplearse en menores. También es más preciso en personas infectadas con el VIH. Esta nueva herramienta permitirá realizar un diagnóstico fiable en países con recursos sanitarios limitados, en los que la tuberculosis es endémica, además de reducir gran parte del tratamiento de la infección por M. tuberculosis debido a falsos positivos.

La tuberculosis
La tuberculosis, la enfermedad que mayor número de muertes ha ocasionado en toda la historia de la humanidad, continúa causando estragos, a pesar de encontrarnos ya en el siglo XXI. En la actualidad sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más importantes. Se calcula que en el mundo están infectados por la bacteria causante de la tuberculosis, el Mycobaterium tuberculosis o bacilo de Koch, unos 1.700 millones de habitantes, lo que representa la tercera parte de la población mundial. Además, un nuevo aliado de la tuberculosis, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), va a dificultar aún más su erradicación. Este virus ha interferido en el curso que desde hace más de 100 años había tomado la tuberculosis hacia su autoeliminación.

Se calcula que en el mundo están infectados por la bacteria causante de la tuberculosis unos 1.700 millones de habitantes, lo que representa la tercera parte de la población mundial. En España no existen cifras fiables sobre el estado de la enfermedad y de la infección tuberculosa, pero la tasa anual de casos nuevos debe ser cercana a 40 por cada 100.000 habitantes, lo que representa unos 16.000 casos nuevos por año en todo el país. Es obvio que aquí también va a tener un efecto considerable la infección por VIH (el virus del SIDA), efecto que ya es evidente en el número total de enfermos.
Así pues, la tuberculosis sigue siendo en el mundo, y en nuestro país, un importante problema de salud pública pero, aun contando con la repercusión negativa del SIDA, tenemos en nuestra mano los medios de diagnóstico, prevención y tratamiento adecuados para luchar con éxito contra una enfermedad que, en otro tiempo, se denominó “peste blanca”.
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Fuente:  http://www.medicina21.com/Actualidad/V4134/Desarrollan-una-prueba-de-la-tuberculina-mas-precisa.html?utm_source=newsletter





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sábado, 7 de noviembre de 2015

Admiten el derecho a una pensión por fibromialgia.

La canaria C.I.H.C. es la primera persona, al menos en el ámbito del Archipiélago, a la que los tribunales han reconocido la incapacidad permanente absoluta y el derecho a acogerse a una pensión a causa de la fibromialgia.
 
Según una sentencia firme del Juzgado de lo Social número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) deberá abonar cada mes 786 euros a esta trabajadora, que fue asistida por el letrado José Luis Machado Carrilla en su lucha en los tribunales. Según el abogado, no se conoce otro caso anterior en Canarias en el que los juzgados hayan reconocido la incapacidad permanente absoluta por una enfermedad común como es ésta, lo que puede sentar una importante jurisprudencia en el futuro para las numerosas personas que padecen el mal.

La fibromialgia es un padecimiento que se caracteriza por el dolor de los músculos, tendones y tejidos y hasta ahora su diagnóstico ha resultado controvertido. Así, algunos autores afirman que no debe considerarse como una enfermedad debido, entre otras razones, a la falta de anormalidades en el examen físico, en los de laboratorio objetivos o estudio de imágenes médicas para confirmar el diagnóstico y, de ahí, precisamente, la importancia que puede entrañar en el futuro la sentencia que acaba ahora de ser emitida.
Laboratorio fotográfico.
 
C.I.H.C. tiene 55 años y ejercía como autónoma en un laboratorio fotográfico. En su momento padeció un cáncer de mama que le obligó a someterse a quimioterapia y, por lo tanto, a permanecer de baja durante un tiempo.
Sin embargo, posteriormente esta situación fue revisada y se decidió que era apta para volver a trabajar. La paciente, por su parte, defendió que presentaba dolores generalizados en 18 puntos, siendo diagnosticada de fibromialgia, una enfermedad por la que no se suelen dar bajas y menos permanentes.

De hecho, el INSS defendió que la paciente había experimentado una importante mejoría tras haber superado el cáncer que le afectaba, por lo que la administración consideraba que no había otras limitaciones que las relativas a la realización de actividades que requirieran esfuerzo físico. De esta manera, el Instituto consideraba que a su juicio la fibromialgia no debía ser razón para otorgarle una incapacidad permanente total.

Hasta ahora otros fallos judiciales como el emitido por el Tribunal Superior de Justicia de Baleares apuntaban que esta enfermedad crónica, “no siempre influye de modo parejo sobre la aptitud para realizar el trabajo y puede por ende resultar invalidante o no serlo”. Se consideraba que desde el punto de vista jurídico el dolor, “es un síntoma subjetivo cuya correcta valoración obliga a recurrir a factores que proporcionan información útil sobre sus características, como son los tratamientos para mitigarlo y el resultado obtenido, la presencia de síntomas asociados, indicativos de una especial severidad, el historial médico y demás”.

Hasta ahora era necesario contar con un mínimo de once puntos de dolor objetivados para poder sentenciar que una persona sufría de esta enfermedad. En el caso de C.I.H.C. se llegaron a identificar hasta 18, por lo que el Juzgado consideró que debía de recibir una baja permanente por incapacidad total.
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Fuente: http://sid.usal.es/noticias/discapacidad/54162/1-1/admiten-el-derecho-a-una-pension-por-fibromialgia.aspx



 

martes, 25 de agosto de 2015

Una nueva técnica mejoraría el abordaje de la osteoartritis.

21/08/2015 - INVESTIGACIÓN.

Una nueva técnica mejoraría el abordaje de la osteoartritis.

La osteoartritis es la causa más común de enfermedad de las articulaciones.

Una nueva técnica desarrollada en Reino Unido podría rejuvenecer las células de personas mayores con osteoartritis para reparar cartílagos dañados y reducir el dolor. No existe a día de hoy tratamiento para prevenir el avance de la enfermedad, pero como explica Paul Genever, del Arthritis Research UK Tissue Engineering Centre, gracias a esta técnica las células se diferencian a etapas embrionarias tempranas que son capaces de generar nuevo tejido.

Para este descubrimiento los investigadores observaron a las salamandras. Estos anfibios pueden cambiar el tipo de sus células en respuesta a un daño (diferenciación celular), volviendo atrás hasta el estado de células madre, lo que les permite incrementar el número y generar las células específicas necesarias para la formación de nuevo tejido. Debido a que este proceso no se da en humanos, se recrearon unas condiciones similares en laboratorio cultivando células humanas como agregadas 3D.

Los científicos cultivaron un racimo esférico de células devueltas a estado embrionario, y estas empezaron a comerse las unas a las otras reduciendo su tamaño. Según Genever, esto demuestra que las células humanas pueden también ser diferenciadas a una etapa embrionaria inicial, y el siguiente paso debe ser continuar aprendiendo sobre la diferenciación para encontrar el tratamiento necesario para guiar la reparación de tejidos.

Fuente: reumatologia.diariomedico.com



miércoles, 15 de julio de 2015

¿Qué es la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica)?

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurológica rápidamente progresiva que ataca a las células nerviosas, las neuronas, responsables del control de los músculos voluntarios, los que mueven el esqueleto.
 
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA; sus siglas en inglés son ALS, amyotrophic lateral sclerosis) a veces llamada enfermedad de Lou Gehring, es una enfermedad neurológica rápidamente progresiva que ataca a las células nerviosas, las neuronas, responsables del control de los músculos voluntarios, los que mueven el esqueleto. Esta enfermedad pertenece a un grupo de enfermedades conocidas como enfermedades de la neurona motora, que se caracteriza por un degeneración y muerte gradual de las neuronas motoras, las que estimulan las contracciones voluntarias de los músculos esqueléticos.
Las neuronas motoras son células nerviosas localizadas en el cerebro y la médula espinal que sirven como unidades de control y flujo de comunicación vital entre el sistema nervioso central y los músculos voluntarios del cuerpo. Los mensajes son transmitidos desde las neuronas motoras del cerebro (llamadas neuronas motoras superiores) a las neuronas motoras de la médula espinal (llamadas neuronas motoras inferiores) y de allí a los músculos individuales. En la ELA, tanto las neuronas motoras superiores como las inferiores degeneran o mueren, con lo que cesa el flujo de mensajes a los músculos. Incapaces de funcionar, los músculos se van debilitando gradualmente, se atrofian y se contraen. Finalmente se pierde la capacidad del cerebro de iniciar y controlar los movimientos voluntarios.

La ELA causa debilidad con una amplio abanico de discapacidades. Finalmente, todos los músculos bajo control voluntario están afectados y los pacientes pierden su fuerza y la capacidad de mover sus brazos, sus piernas y su cuerpo. Cuando fallan el músculo diafragma y los músculos de la pared torácica, el paciente pierde su capacidad para respirar sin la ayuda de un respirador artificial.
La mayoría de personas con ELA mueren de insuficiencia respiratoria, generalmente en la primera década tras el inicio de los síntomas. Sin embargo, alrededor del 10% de los pacientes con ELA sobreviven durante 10 años o más.
Puesto que la ELA afecta solamente a las neuronas motoras, la enfermedad no deteriora las capacidades mentales de la persona, ni su personalidad, inteligencia o memoria. No afecta a los sentidos de la vista, el oído, el gusto, el olfato ni el tacto. Normalmente los pacientes mantienen el control de los músculos del ojo, así como las funciones de la vejiga urinaria y los intestinos.

¿Quién padece ELA?
Se estima que hasta 3.000 personas en nuestro país tienen ELA y que cada año se diagnostican unos 700 casos. La ELA es una de las enfermedades neuromusculares más comunes en todo el mundo y están afectadas personas de todas las razas y etnias. La ELA aparece con más frecuencia entre los 40 y los 60 años de edad, pero los más jóvenes y los más ancianos también pueden desarrollar la enfermedad. Los hombres se encuentran afectados con más frecuencia que las mujeres.
En el 90-95% de los casos la enfermedad aparece de forma aleatoria sin que haya factores de riesgo claramente asociados. Los pacientes no tienen una historia familiar positiva de la enfermedad y no se considera que los miembros de sus familias se encuentren en riesgo especial de desarrollar ELA.
Alrededor del 5-10% de los casos de ELA son hereditarios. La forma familiar de ELA es generalmente el resultado de un patrón de herencia que requiere que solamente uno de los padres sea portador del gen responsable de la enfermedad. Alrededor del 20% de os casos familiares son el resultado de un defecto genético específico que conduce a la mutación del enzima conocido como superóxidodismutasa 1 (SOD1). No todos los casos de ELA familiar son debidos a esta mutación.

Causas de la ELA
Aún no se conoce la causa de la ELA. Un importante paso hacia la respuesta a esta cuestión se realizó en 1993 cuando se descubrió que las mutaciones en el gen que produce la enzima SOD1 se asociaban con algunos casos de ELA familiar. Esta enzima es un potente antioxidante que protege el cuerpo frente a la lesión producida por los radicales libres. Los radicales libres son moléculas altamente inestables producidas por las células durante el metabolismo normal. Si no se neutralizan los radicales libres se acumulan y causan lesión en el ADN y las proteínas del interior de las células. Aunque aún no e conoce el mecanismo de acción exacto, se cree que el acúmulo de radicales libres puede producir la mala función de este gen.

Otras investigaciones se han centrado en el papel del glutamato en la degeneración de la neurona motora. El glutamato es uno de los mensajeros químicos o neurotransmisores del cerebro. En comparación con las personas normales, los pacientes con ELA tienen niveles de glutamato más elevados tanto en el suero de la sangre como en el líquido cefalorraquídeo. Los estudios de laboratorio han demostrado que las neuronas comienzan a morir cuando están expuestas durante largos periodos de tiempo a unos niveles excesivos de glutamato.
También se han sugerido mecanismos autoinmunes, cuando el sistema inmunitario ataca por error a células normales, como posible causa de la degeneración de la neurona motora en la ELA. Se cree que los anticuerpos pueden lesionar de forma directa o indirecta las funciones de las neuronas motoras, interfiriendo con la transmisión de la señal entre el cerebro y los músculos.
En la búsqueda de la causa de la ELA, los investigadores han estudiado también factores ambientales como la exposición a agentes tóxicos o infecciosos. Otros estudios han investigado el posible papel de deficiencias dietéticas o traumatismos. Sin embargo, hasta ahora existen pocas evidencias, insuficientes para implicar este tipo de factores entre las causas de la ELA.

Síntomas
El inicio de la ELA suele ser tan sutil que con frecuencia los síntomas pasan inadvertidos. Los síntomas iniciales pueden ser: contracciones intermitentes de los músculos o fasciculaciones, calambres o rigidez muscular; debilidad muscular que afecta a un brazo o una pierna; habla nasal o mal articulada; o dificultades para masticar o tragar. Estos síntomas generales se van desarrollando en debilidad o atrofia más evidentes que hacen que el médico finalmente sospeche una ELA.
Las partes del cuerpo afectadas por los síntomas iniciales de la ELA dependen de qué músculos del cuerpo se lesionen primero. En ocasiones los primeros síntomas afectan a una pierna y el paciente experimenta dificultad cuando camina o corre, o nota que da traspiés o tropieza más a menudo. Algunos pacientes notan primero los efectos de la enfermedad en una mano o un brazo y experimentan dificultades con tareas tan diarias y habituales como abotonarse la camisa o dar la vuelta a la lleve en la cerradura. Otros pacientes notan problemas con al habla.
Independientemente de la parte del cuerpo afectada en primer lugar por la enfermedad, la debilidad y la atrofia musculares van afectando a otras partes del cuerpo con el progreso de la enfermedad. Los pacientes tienen problemas crecientes con el movimiento, la deglución (disfagia), el habla y la articulación de las palabras (disartria). Los síntomas de la afectación de las neuronas motoras superiores son la espasticidad (músculos contraídos y rígidos) y la hiperreflexia (reflejos exagerados), incluido el reflejo de la náusea.
El signo de Babinski, un reflejo anormal en donde el dedo gordo se flexiona hacia arriba cuando se estimula la planta del pie, también refleja la lesión de las neuronas motoras superiores. Los síntomas de la degeneración de las neuronas motoras inferiores incluyen debilidad y atrofia muscular, calambres musculares y contracciones intermitentes de los músculos (fasciculaciones) que pueden verse bajo la piel.

Para ser diagnosticado de ELA el paciente debe tener signos y síntomas tanto de lesión de las neuronas motoras superiores como inferiores que no puedan ser atribuidos a otra causa.
Si bien la secuencia de síntomas emergentes y la velocidad de progresión de la enfermedad varía de persona a persona, al final el paciente no es capaz de estar de pie o caminar, entrar o salir de la cama por sí mismo, ni de emplear sus brazos y piernas. Las dificultades en la masticación y la deglución deterioran la capacidad de los pacientes para alimentarse y aumentan el riesgo de asfixia.
El mantenimiento del peso también se vuelve un problema. Puesto que la enfermedad no afecta a las capacidades cognitivas, los pacientes son conscientes de la pérdida progresiva de sus funciones voluntarias y se pueden volver ansiosos y depresivos. Los profesionales de la salud necesitan explicar el curso de la enfermedad y describir las opciones terapéuticas disponibles de manera que el paciente pueda tomar decisiones informadas por adelantado. En las fases finales de la enfermedad, los pacientes tienen dificultades para respirar a causa de la debilidad de los músculos respiratorios.
Finalmente los pacientes pierden la capacidad de respirar por sí mismos y dependen de un equipo de ventilación asistida para su supervivencia. Los pacientes también se enfrentan con un aumento del riesgo de pulmonía durante las fases más avanzadas de la ELA.

Diagnóstico

Ningún análisis puede proporcionar el diagnóstico definitivo de ELA, aunque la presencia de signos de lesión de las neuronas motoras superior e inferior en una única extremidad inferior es altamente sugestiva de ella. De hecho, el diagnóstico de ELA se basa fundamentalmente en los signos y síntomas que el médico observa en el paciente y una serie de pruebas para excluir otras enfermedades. El médico recoge toda la historia clínica del paciente y normalmente realiza una exploración neurológica a intervalos regulares para valorar si hay progresión o empeoramiento de síntomas como debilidad muscular, atrofia muscular, hiperreflexia y espasticidad.

Tratamiento de la ELA
He aquí las principales características del complejo tratamiento de esta enfermedad:

No existe aún un tratamiento curativo de la ELA. Sin embargo se dispone del primer medicamento aprobado para el tratamiento de la enfermedad, el riluzol.
Otros tratamientos de la ELA están orientados a aliviar síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Los médicos pueden prescribir medicaciones para ayudar a reducir la fatiga, los calambres musculares, controlar la espasticidad y reducir el exceso de saliva y mucosidad.
También se pueden emplear fármacos para ayudar a los pacientes con el dolor, la depresión, el sueño y el estreñimiento.
La fisioterapia y el equipamiento especial pueden aumentar la independencia y la seguridad del paciente durante todo el curso de la enfermedad.
Los pacientes con ELA que tienen dificultades para hablar pueden beneficiarse de trabajar con un logoterapeuta.
Los pacientes y sus cuidadores pueden aprender de los logoterapeutas y de los nutricionistas las formas de preparar varias comidas pequeñas durante el día, que proporcionen calorías, fibra y líquidos suficientes y de evitar los alimentos que son difíciles de tragar.
Cuando se debilitan los músculos respiratorios, se puede emplear algún equipo de respiración artificial.

Investigación futura
La investigación en la ELA se desarrolla en varios aspectos. Se están investigando la causa o causas de la enfermedad y se busca el desarrollo de tratamientos eficaces. Se está estudiando el significado de las mutaciones de la SOD1, del acúmulo de radicales libres, de la pérdida de factores neurotróficos que juegan un papel vital en el desarrollo, especialización, mantenimiento y protección de las neuronas. Se estudia el papel de la apoptosis o muerte celular programada, una especie de auto-suicidio celular, en la ELA.

Se está buscando un marcador biológico de la enfermedad, es decir, una alteración bioquímica que identifique a los pacientes con ELA, para desarrollar a continuación las pruebas que sean capaces de detectar tal anormalidad y se pueda hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad. Se estudian otras mutaciones genéticas aparte de la SOD1 que también sean capaces de producir la ELA familiar.
Y los científicos esperan identificar factores genéticos de riesgo que predispongan a la ELA esporádica. Están siendo investigadas futuras terapias en los modelos animales de la enfermedad, como terapia génica con SOD1 normal, otros antioxidantes, factores neurotróficos. Los investigadores son optimistas con respecto al futuro tratamiento de la ELA.
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Fuente: http://www.medicina21.com/Articulos/V1432.html?utm_source=newsletter



jueves, 4 de junio de 2015

Descubrimientos genéticos pueden ayudar a los tratamientos de la artritis reumatoide.

29 de abril, 2015
Descubrimientos genéticos pueden ayudar a los tratamientos de la artritis reumatoide.
Nueva investigación reveló pistas sobre la gravedad de la enfermedad y sus potenciales consecuencias.

Las variaciones genéticas podrían contener pistas sobre la artritis reumatoide, sugiriendo no solo quién desarrollará esta dolorosa afección, sino también prediciendo la gravedad e incluso quién podría morir como consecuencia, dijo nuevo estudio.
“Los factores genéticos que predisponen a padecer esta enfermedad, la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento permitirán crear tratamientos personalizados para las necesidades individuales del paciente”, dijo el investigador principal, el doctor Sebastien Viatte, becario investigador de la Universidad de Manchester en Inglaterra.

Utilizando datos de distintas fuentes sobre miles de pacientes en el Reino Unido, los investigadores encontraron que mutaciones genéticas en una ubicación de un cromosoma llamado HLA-DRBl estaban asociadas con la gravedad de la artritis reumatoide y la respuesta al tratamiento con medicamentos de inhibición del factor de necrosis tumoral (FNT).
Viatte dijo que este estudio puede ser un importante primer paso hacia un medicamento personalizado para pacientes con la complicada enfermedad autoinmune.

En la artritis reumatoide, el sistema inmunitario del cuerpo ataque erróneamente las articulaciones, causando una inflamación que puede dañar las articulaciones y los órganos, como el corazón, de acuerdo con la Fundación contra la Artritis. Cerca de 1.5 millones de personas en los Estados Unidos tiene esta condición que a menudo es incapacitante.
Viatte dijo que los nuevos resultados, publicados el 28 de abril en Journal of the American Medical Association, deben de ser replicados antes de que puedan influenciar el tratamiento de los pacientes.
Aun así, el doctor David Felson, profesor de medicina y epidemiología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, celebró los resultados.

“Esta recién descubierta anomalía genética que está asociada con el riesgo de desarrollar artritis reumatoide parece estar también asociada con la gravedad de la enfermedad y tal vez con el riesgo de morir por la artritis reumatoide”, dijo Felson, coautor de un editorial que acompañó a la revista.
El doctor añadió que a pesar de que los riesgos asociados con esta mutación son modestos, parecen ser reales. “Cada pequeño pedazo ayuda”, dijo Felson.
Sin embargo, no hay solo un gen asociado con la artritis reumatoide, dijo Felson. De igual manera, los factores externos como fumar pueden jugar un rol, dijo.

Se han hecho avances para identificar la susceptibilidad genética a enfermedades autoinmunes, pero no se sabe mucho sobre cómo podría esto afectar el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad, de acuerdo con la información de los antecedentes en el estudio.
Para explorar la asociación entre las mutaciones en el gen HLA-DRBl y la artritis reumatoide, el equipo de Viatte utilizó datos de imágenes recolectados en más de 2,100 pacientes para evaluar la gravedad de la enfermedad. Evaluaron el riesgo de muerte en más de 2,400 pacientes y la efectividad de los medicamentos de inhibición de FNT en más de 1,800 pacientes.

Los resultados podrían ayudar a los médicos e investigadores a entender mejor la artritis reumatoide, dijo Felson. Esto también abre la puerta para futuras investigaciones, añadió
“En la medida en la que podamos crear nuevos tratamientos, estos tratamientos deben de ser creados considerando la mutación de este gen”, dijo Felson.
Felson dijo también que saber quién tiene esta mutación puede ayudar a identificar cuáles pacientes necesitarán un tratamiento agresivo.

“Ahora podemos usar todo esto para decir a grandes rasgos que tan bien le irá a un paciente con artritis reumatoide, o que tan mal le va a ir”, dijo Felson.

Artículo por HealthDay – HealthDay
FUENTE: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_152289.html


sábado, 18 de abril de 2015

Diagnóstico (Espondilitis Anquilosante).

Los síntomas de la EA podrían parecerse a los de otros tipos de artritis, como la artritis psoriásica; artritis relacionadas con enfermedades intestinales inflamatorias, como la enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa; o como la artritis reactiva. La consulta precoz con un médico, de preferencia un reumatólogo, para que se le diagnostique con certidumbre es fundamental, para que así pueda obtener el tratamiento adecuado.

Los doctores basan el diagnóstico de EA en la sintomatología de dolor inflamatorio de espalda, en el examen físico y los rayos X de la pelvis y de l a espalda baja. Si los rayos X resultan cuestionables, se podrían practicar otros estudios de diagnóstico por imágenes, como una resonancia magnética, conocida por sus siglas en inglés MRI.

El médico también puede ordenar análisis de sangre para indagar la presencia del gene HLA-B27. El hecho de tener el gene HLA-B27 no significa que tenga EA, pero sería una pista que respalde el diagnóstico. En muchos casos, las personas tienen el gene HLA-B27, pero no presentan EA.

Fuente: espanol.arthritis.org


 

viernes, 13 de marzo de 2015

Un paseo por las instalaciones del nuevo Edificio Quirúrgico del Hospital General Valencia.

El nuevo Edificio Quirúrgico del Hospital General cuenta con 20 quirófanos en marcha, 20 camas de unidad de Críticos, salas de espera, zonas administrativas, consultas… y está dotado con tecnología de última generación. Destaca la diafanidad y la homogeneidad en la estructura y su imagen de vanguardia.





https://www.youtube.com/watch?v=2wlBaTy_OCo



lunes, 9 de febrero de 2015

Vinculan el síndrome de fatiga crónica con la menopausia precoz, según los CDC.

El trastorno también se asocia con otros problemas menstruales y con dolor pélvico, según un estudio.
Hay un vínculo entre una menopausia temprana y el síndrome de fatiga crónica (SFC), según un estudio reciente.

Los hallazgos podrían explicar la razón por la que las mujeres tienen entre dos y cuatro veces más probabilidades de tener el SFC que los hombres, y la razón por la que la afección es más habitual en las mujeres de 40 a 49 años, indicaron los investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
“El SFC puede cobrarse un precio muy alto en las vidas de las mujeres de mediana edad y en nuestra sociedad y nuestro sistema de atención sanitaria. Ser consciente de la asociación del SFC con una menopausia más temprana puede ayudar a los profesionales a asesorar a las mujeres para distinguir los síntomas del SFC de los de la menopausia”, dijo la Dra. Margery Gass, directora ejecutiva de la Sociedad Norteamericana de la Menopausia (North American Menopause Society), en un comunicado de prensa de la sociedad.

Aunque el estudio pudo encontrar un vínculo entre la menopausia temprana y el síndrome de fatiga crónica, los investigadores no pudieron saber si una afección es causa de la otra o si hay otro factor que podría provocar ambas afecciones.
Los resultados del estudio aparecen en la edición en línea del 4 de febrero de la revista Menopause.
El estudio contó con 84 mujeres y un grupo de control de 73 mujeres sanas en Georgia que proporcionaron información sobre su salud ginecológica.

En comparación con las del grupo de control, las mujeres con el síndrome de fatiga crónica tenían 12 veces más probabilidades de presentar un dolor pélvico que no estaba relacionado con la menstruación. También tenían más probabilidades de tener un sangrado menstrual excesivo (el 74 por ciento frente al 42 por ciento) y un sangrado más abundante entre los periodos (el 49 frente al 23 por ciento). Los investigadores también hallaron que las mujeres con el SFC también tenían más probabilidades de que no les llegara el periodo (el 38 frente al 22 por ciento).
Las mujeres con el síndrome de fatiga crónica tenían más probabilidades (el 57 frente al 26 por ciento) de usar hormonas para otros fines que no eran el control de natalidad, como, por ejemplo, para tratar los periodos irregulares, los síntomas menopáusicos o la pérdida ósea, que las mujeres sin la afección.

El estudio también halló que el 66 por ciento de las mujeres con el SFC se habían sometido a al menos una cirugía ginecológica, frente al 32 por ciento de las del grupo de control. El tipo más habitual de cirugía fue la histerectomía (el 55 por ciento frente al 19 por ciento).
La menopausia temprana relacionada con la histerectomía (a los 45 años o antes) se produjo en el 62 por ciento de las mujeres con el SFC, en contraste con el 33 por ciento de las del grupo de control. El sangrado como razón para realizar la histerectomía fue mucho más común entre las mujeres con el SFC.

Las mujeres con el SFC también tendían a presentar una menopausia natural antes que las del grupo de control, pero no hubo una diferencia significativa entre los dos grupos, según el estudio.
Las investigaciones previas han vinculado el SFC con el dolor pélvico y las afecciones ginecológicas, como la endometriosis y las anomalías menstruales. Pero este es el primer estudio que vincula el SFC con una menopausia más temprana, según los autores del estudio.

Dijeron que se necesita más investigación para saber más sobre este posible vínculo, y los médicos deben vigilar los síntomas del SFC en las mujeres que tienen problemas ginecológicos o de dolor pélvico. Los síntomas del SFC incluyen dolor muscular y de las articulaciones, dificultades para dormir o de memoria y empeoramiento de estos problemas tras un esfuerzo excesivo.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare – HealthDay

Fuente: nlm.nih.gov/medlineplus


 

lunes, 19 de enero de 2015

Los reumatólogos, cada vez más pendientes de la inmunogenicidad.

19/01/2015 - Terapias biológicas.


Los reumatólogos, cada vez más pendientes de la inmunogenicidad.

Es uno de los principales retos que plantean las terapias biológicas. La estrategia de ir subiendo la dosis ha dejado de practicarse en España.
"Los especialistas españoles se sitúan entre los más concienciados de Europa y el 74 por ciento apuestan por un mejor conocimiento de este problema".

La inmunogenicidad es una de las principales causas de pérdida de eficacia de las terapias biológicas. Es un concepto relativamente nuevo que ha ido cobrando importancia a medida que se ha extendido el uso de estos medicamentos frente a la artritis reumatoide y otras enfermedades reumáticas. No todos los productos disponibles tienen la misma capacidad de provocar esta respuesta inmune frente al tratamiento y hay pacientes con una mayor predisposición. Es un problema frecuente ante el que los reumatólogos no deben bajar la guardia.

Sin embargo, no todos los especialistas están igual de preocupados y se aprecian diferencias por países, según una encuesta europea realizada por Adelphi Research, en la que ha colaborado la compañía Pfizer. Los reumatólogos españoles se sitúan a la cabeza en cuanto a concienciación, ya que el 74 por ciento consideran que un mayor conocimiento de la inmunogenicidad mejoraría la atención al paciente, frente a sólo un 38 por ciento y un 54 por ciento de sus colegas de Holanda y Alemania.

Uno de los principales resultados de la encuesta, realizada a 250 reumatólogos -50 de ellos españoles- de todo el continente, es la estimación del alcance del problema: los médicos interrogados estiman que una media del 15 por ciento de los pacientes con artritis reumatoide tratados con una terapia biológica muestran una falta de respuesta secundaria al tratamiento. "El 66 por ciento reconoce que la administración de una dosis estable es uno de los puntos clave en el tratamiento de estos pacientes", ha apuntado Susana Gómez, responsable médico de Inflamación de Pfizer.

Alejandro Balsa, jefe de Sección de Reumatología del Hospital La Paz, de Madrid, ha comentado que el porcentaje de pacientes afectados "puede ascender hasta el 40-50 por ciento con los fármacos biológicos más inmunogénicos, mientras que en los menos inmunogénicos se sitúa en el 10 por ciento, o incluso menos, durante los dos o tres primeros años".

Escalada de dosis
El reumatólogo ha subrayado que la estrategia de ir subiendo la dosis para contrarrestar la pérdida de eficacia -que a la postre está abocada al fracaso- se ha abandonado en España, pero en otros se sigue haciendo: "Se intenta escoger el fármaco menos inmunogénico y estamos atentos a los signos de fracaso para poder cambiar la terapia. Además, medimos los niveles de fármaco y de anticuerpos".

Fuente: reumatologia.diariomedico.com

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