domingo, 28 de agosto de 2011

Gammagrafía Exploraciones Diagnósticas. / Grupo espondilitis.eu


¿QUÉ ES?
Es una técnica de imaginería médica funcional que emplea isótopos radioactivos para estudiar el funcionalismo de distintos órganos

COMO FUNCIONA

Los distintos tejidos del cuerpo captan los diferentes elementos químicos de forma selectiva.

Empleando isótopos radiactivos de estos, se puede obtener información de cómo adquieren los distintos tejidos los elementos que precisan para su función, mediante la cuantificación de las radiaciones emitidas (con una gammacámara; conjunto de detectores de radiación situados en forma de rejilla), y obtener una idea del funcionamiento de los órganos.

El ejemplo más clásico es la valoración de la función de la glándula tiroides, que acumula selectivamente el yodo que entra en el organismo.

También sirve para detectar la actividad ectópica (fuera de su sitio), como en los cánceres de tiroides, en los que las metástasis (siembras a distancia) también captan el yodo radiactivo, visualizándose precozmente con esta técnica.

En otros casos se aprovecha la tendencia de ciertos procesos, como las inflamaciones o determinadas metástasis a acumular determinados productos que no se concentran en circunstancias normales, lo que permite seguir la actividad de procesos inflamatorios, de las metástasis óseas de los cánceres de mama o la extensión de un infarto cardiaco.

En todos estos casos las dos grandes ventajas de la gammagrafía estriban en su carácter funcional, al demostrar procesos en marcha y su gran sensibilidad, al demostrar algunas lesiones mucho antes que otros medios.

A su vez, las dos mayores desventajas estriban en el pequeño riesgo que supone la introducción en el organismo de substancias radioactivas, aunque con la mejora en la sensibilidad de las cámaras y el empleo de isótopos de vida muy corta y poca intensidad este sea, hoy por hoy, pequeño; y en la relativa imprecisión anatómica que se obtiene, al quedar difuminada la radiación sobre la zona hipercaptante.

PARA QUE SE PIDE

Por lo ya comentado, la gammagrafía resulta hoy en día imprescindible en los estudios funcionales de determinados procesos fisiológicos (normales) y patológicos, como:

Exploración de la función tiroidea y, dentro de esta, la valoración de los nódulos sólidos (para el estudio de los quistes se emplean la ecografía y la punción con aguja fina).

En la valoración de procesos óseos metabólicamente activos, como la Enfermedad de Paget o la Espóndiloartrosis Anquilopoyética en sus fases iniciales, en las que tiene más sensibilidad que la radiografía convencional.

En cardiología, en la valoración de la extensión de los infartos, en caso de que esta información sea necesaria.

En la demostración de metástasis de tumores sólidos, como el cáncer de mama, en las que proporciona una información global y precóz.

En estudios funcionales renales y hepáticos.

COMO SE HACE LA EXPLORACION
PREPARACIÓN PREVIA

Normalmente no es necesaria ninguna preparación previa.
El embarazo es una contraindicación de esta prueba.


AL IRSE A HACER LA PRUEBA

Deberá acudir sin objetos metálicos de cierto volumen.

Probablemente le pongan un camisón en el momento de detectar la radiación, para mejorar la sensibilidad y reducir la dosis administrada, aunque en muchos casos no sea necesario desvestirse.

No es necesaria ninguna protección gonadal, ya que las radiaciones, al contrario que en la radiología, provienen del interior de su cuerpo, y no del exterior, por lo que no se pueden apantallar.

EN QUÉ CONSISTE LA EXPLORACIÓN
El médico, enfermera o técnico le inyectará en una vena del antebrazo, mediante una jeringuilla rodeada de plomo, la dosis calculada (para su peso y exploración concreta) del elemento radiactivo en cuestión.

Tras un período de tiempo variable (sobre el que le informarán), deberá someterse al estudio con la gammacámara, de las que hay varios modelos, consistiendo habitualmente en una especie de placa que se le va pasando a lo largo del cuerpo, por delante y detrás, o que se sitúa sobre el órgano a explorar. Puede estar integrada en una mesa de exploración, entonces será Vd. el que se mueva.

PROBLEMAS

No son de esperar.

Las probabilidades de efectos nocivos de una exploración con radioisótopos son mínimas, ya que las dosis empleadas también lo son.

CUÁNTO DURA
Depende del estudio a realizar en concreto, el tiempo de espera entre la inyección y el paso por el detector de radiaciones (la gammacámara) será variable. Consúltelo de antemano.

La inyección en sí tardará menos de un minuto, y la exploración con la gammacámara unos diez minutos.

AVISE A SU MÉDICO SI
Tiene miedo o desconoce la técnica.

PRECAUCIONES
Genéricas de la exploración
No son de esperar.

Niños y embarazadas
No es conveniente, salvo en casos muy especiales. Consulte con su médico.

Enfermedades especiales
Podría plantear problemas en pacientes con alteraciones en los mecanismos de reparación del ADN (código genético), como los enfermos de Ataxia Telangiectasia.


Fuente: www.salud.com/

----------------------------------------------------

Glándula parótida: Se trata de la glándula salival más grande de la boca. Se encuentra a los dos lados del oído, ligeramente debajo, y se extiende desde el ángulo miloideo hasta el arco cigomático. La glándula parótida desemboca con un conducto excretor sobre el segundo molar pequeño en la cavidad bucal y suministra junto con la glándula submandibular y la glándula sublingual, la saliva necesaria para la digestión previa de los hidratos de carbono.

Gammagrafía: Procedimiento exploratorio que consiste en inyectar una sustancia radiactiva en la sangre y determinar su localización en diferentes órganos mediante una cámara especial



Información extraida de: webcache.googleusercontent.com/

sábado, 6 de agosto de 2011

Gota: más vale no tratarla que tratarla mal. / Grupo espondilitis.eu

Gota: más vale no tratarla que tratarla mal.

No obstante, pueden afectarse otras articulaciones y también pueden depositarse estos cristales en la piel (ocasionando los conocidos “tofos”) y el en riñón, produciendo cólicos nefríticos. Su causa es el aumento de ácido úrico en sangre (hiperuricemia) y siempre se ha relacionado con personas con vida sedentaria y buenos comedores y bebedores. Es una enfermedad frecuente en los hombres, siendo rarísima en las mujeres antes de la menopausia.

Actualmente, disponemos de tratamientos eficaces para mejorar la sintomatología del paciente con gota, normalizando los niveles de ácido úrico en sangre, con lo que evitamos la afectación articular, de piel y renal.

¿Por qué aumenta el ácido úrico?
Por exceso de producción en el organismo o porque se elimina menos por la orina. Enfermedades como la psoriasis y algunos fármacos como los diuréticos – tratamiento habitual de la hipertensión-, pueden elevar el ácido úrico, que se deposita en forma de cristales en articulaciones, piel y riñón.

¿Por qué aparecen los síntomas?
Los cristales “inflaman” las zonas donde se depositan, y si no se trata correctamente, llegan a destruirla zona afectada.
La artritis gotosa es la manifestación clínica más frecuentes, siendo la más representativa la “podagra”. Se produce dolor con importantes signos inflamatorios, de forma que solo el roce de la sábana o el calcetín, son molestísimos. Si no se trata, se van produciendo repetidos brotes de gota, ocasionando al final, importantes destrucciones articulares y deformidades. Con frecuencia se afectan el pie, la rodilla, etc.
En la piel, los depósitos crean “tofos”, bultos blanquecinos en los dedos, orejas o codos fundamentalmente.
En el riñón, se producen litiasis de ácido úrico, siendo mucho más rara la insuficiencia renal.

¿Por qué aparecen las crisis de gota?
Es conocida la íntima relación con excesos de comida y sobre todo de bebidas alcohólicas, incluyendo la cerveza, incluso sin alcohol (por su aporte de purinas). Con gran frecuencia, los pacientes gotosos son obesos y tienen alterados los lípidos (colesterol y triglicéridos), influyendo quizá en estos casos el aumento en la producción de ácido úrico. Algunas veces, la gota es secundaria a enfermedades con mayor destrucción celular como la psoriasis y ya hemos hablado de la íntima relación con la toma de diuréticos.

¿Cómo diagnosticamos la gota?
El diagnóstico cierto, se hace viendo los cristales de ácido úrico en el microscopio, bien en el líquido articular extraído o en los tofos, aunque en muchas ocasiones se diagnostica por la clínica y elevación de ácido úrico.
Es importante resaltar que la elevación de ácido úrico sin clínica compatible, nunca debe ser diagnosticada de gota, es decir, que una persona puede tener elevado el ácido úrico y no por ello tener gota ni precisar tratamiento.

¿Cómo se trata la gota?
Debemos distinguir dos situaciones:
- tratamiento de la crisis de gota y
- tratamiento de la hiperuricemia.

Las crisis de gota se tratan con antiinflamatorios y colchicina, recordando que la colchicina puede ocasionar diarrea y que con los antiinflamatorios debemos tomar las precauciones habituales.
Es fundamental normalizar los niveles de ácido úrico, evitando fármacos que lo aumenten (diuréticos). Si existe obesidad, normalizaremos el sobrepeso y las alteraciones de los lípidos (colesterol y triglicéridos). El someter al paciente a dietas rigurosas, disminuye muy ligeramente los niveles de ácido úrico, pues los alimentos “prohibidos”, se toman muy raramente (vísceras, marisco, etc.). En cambio, es indispensable evitar la toma de alcohol, insistiendo en la inclusión de la cervez. Disponemos de fármacos que disminuyen la formación de ácido úrico (alopurinol) y otros que aumentan su eliminación urinaria. Su médico decidirá cual es el tratamiento más correcto. Al iniciar el tratamiento, siempre asociaremos durante meses colchicina, para evitar nuevos “ataques” de gota.

Hay que anunciar al paciente que el tratamiento médico va a ser prácticamente para toda la vida. Si el enfermo suspende y reinicia el tratamiento de forma repetida, va a tener repetidos brotes por la movilización de cristales. Solo en raras ocasiones, si se disminuye el peso, se elimina el alcohol y se mantiene la dieta, el paciente puede necesitar menos tratamiento e incluso suspenderlo.
Recordar que el aumento de ácido úrico sin síntomas, no es gota ni debe tratarse, salvo niveles muy elevados que podríamos limitar en 12mg.

Dr. Javier Calvo Catalá, Jefe de Reumatología y Metabolismo Óseo del Consorcio Hospital General de Valencia.